Parásitos intestinales: Peligros y prevención
Escrito por CVLP el 25 octubre, 2017 a las 16:51 pm
Los parásitos intestinales (nematodos, cestodos, protozoos) son parásitos internos que viven y se alimentan en el interior del aparato digestivo de nuestros perros y gatos, succionando sangre y nutrientes. Se trata de un problema sanitario que afecta en un altísimo porcentaje tanto a animales domésticos como a personas (zoonosis), donde son los niños los más propensos al contagio.
Las cifras obtenidas en un estudio nacional por la Universidad complutense de Madrid son algo más que llamativas:
- En Tenerife, el nivel de prevalencia de parásitos intestinales en perros de perreras es de un 4.40%, frente al sorprendente 16.2% en ANIMALES DOMÉSTICOS.
- Otro dato que llama mucho la atención es el porcentaje de parásitos que existen en el medio, concretamente en nuestros parques y zonas de juegos. El 34% DE LOS PARQUES de la isla presentan infecciones de este tipo frente al 8% de los parques en Madrid o el 3.7% en Salamanca.
Los síntomas frecuentes en personas o animales con parasitemias son:
- Pelo sin brillo.
- Vitalidad disminuida
- Adelgazamiento con apetito normalizado.
- Anemia.
- Lesiones en el aparato digestivo.
- Migración de los parásitos a pulmones, riñones, y otros órganos…, lo que puede provocar daños de mayor gravedad.
Las vías de contagio más habituales son:
- Vía oral: cuando nuestras mascotas se lamen entre sí ( o a nosotros) pueden contagiar huevos de parásitos intestinales.
- Contacto directo en sitios contaminados: parques, jardines, playas… Donde los pájaros, ratones y pulgas son los mayores responsables de la difusión de unos parásitos que son capaces de resistir en el ambiente durante años.
- Vía alimentaria: a través de verduras mal lavadas, etc.
- Vía transplacentaria: atraviesan la placenta antes del nacimiento de los cachorros.
Lo más importante es llevar un control, que nos ayude a evitar el contagio:
- Lo mejor es usar un tratamiento preventivo para nuestras mascotas, que consiste en un tratamento antiparasitario que se aplica cada 3 meses.
- Mantener unas normas básica de higiene en casa, como lavarnos las manos tras tocar el animal o evitar llevarnos las manos a la boca.
- Recoger los excrementos de nuestros animales en calles, terrenos y jardines. Con este sencillo gesto se reduce la tasa de incidencia en el medio.